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Terraza del Aeropuerto de Orly.

Frente a las puertas automáticas y sin haberlas cruzado todavía se encuentran Michel y Patricia. Patrica mete una moneda para pasar.

MICHEL: ¿Cuanto tiempo va a durar eso?

PATRICIA (Cruzando la puerta): Una media hora..., ¡no sé!

MICHEL: Bueno, voy a ver a ese tipo y vuelvo.

PATRICIA: ¡Okay!

Sube la escalera que conduce a la terraza. Un avión despega.

MICHEL: ¿Patricia?... ¿Patricia?

Patricia que se vuelve y, con un gesto, le lanza un beso. Michel boxea gesticulando, hasta que un hombre (el novelista Parvulesco) empuja la puerta acristalada y entra. Michel sigue boxeando. Ella sonríe. Michel, con el pulgar, se acaricia los labios...; después da media vuelta y empuja la puerta de cristal.

Patricia se cuela entre los periodistas fotógrafos y operadores para acercarse al novelista Parvulesco, que va a empezar su conferencia de prensa.

VOZ: ¿Porqué eligió «Cándida» como título de su novela?

OTRAS VOCES: ¡Señor Parvulesco!... ¿Usted?... De perfil, por favor... ¡Eh, tú, amigo!, no te metas en mi encuadre...

Parvulesco (sombrero y gafas de sol) se encuentra sentado y rodeado de la prensa. Una mano le tiende el micro de un magnetófono.

PARVULESCO (Muy pagado de sí mismo): Calculo que el libro, en Francia, a causa del
puritanismo francés, tendrá una acogida bastante reservada.

FOTÓGRAFO: Señor Parvulesco..., por favor.

PERIODISTA: ¿Cree usted que se pueda creer en el amor todavía en nuestra época?

PARVULESCO: ¡Por supuesto! En nuestra época no se puede creer precisamente más que en el amor.

PATRICIA (Sentada, gafas de sol y lápiz en la boca): Señor...

Escribe, porque la cortan otras preguntas,
entre ellas la de un periodista negro sentado junto a ella.

PERIODISTA NEGRO: ¿Qué opina de la frase de Rainer Maria Rilke según la cual la vida moderna separará cada vez más al hombre de la mujer?

PARVULESCO: Rilke era un gran poeta. Por tanto, seguramente tenía razón.

Patricia, toma notas.

VOCES: Señor Parvulesco... ¡Eh!, retírate un poco..., cuidado, frente a mí.

PARVULESCO (Dejando un vaso de aperitivo
sobre una mesita junto a él): Vale..., así...

VOZ: ¡Oh!..., tú, ¡vale, Pathé Journal!

Una periodista avanza hacia el novelista.

LA PERIODISTA: ¿Cree usted que hay una gran diferencia entre la mujer francesa y la mujer americana?

PARVULESCO: No hay ningún parecido entre la mujer francesa y la mujer americana. La mujer americana domina al hombre. La mujer francesa no le domina todavía.

VOZ: ¿Señor Parvulesco?

PATRICIA: Señor Parvulesco, ¿cuál es la gran
ambición de su vida?

VOZ DE HOMBRE: ¿Quién es más moral, una mujer que traiciona o un hombre que abandona?

PARVULESCO: La mujer que traiciona.

VOZ: ¡Señor Parvulesco!...

OTRA VOZ DE HOMBRE: ¿Son las mujeres más sentimentales que los hombres?

PARVULESCO: Los sentimientos son un lujo
que pocas mujeres se permiten.

Patricia parece muy sorprendida.